martes, 7 de septiembre de 2010

Recuerdo de SERUMs (1)

Estaba con escalofríos, la ampolla de metamizol hacía su efecto y no me permitía tener fiebre, pero sí tenia escalofríos y mialgias, o eso que la gente suele decir a veces "se me bajaba la presión". Había terminado de atender a una señora que tenía una faringoamigdalitis purulenta, le había aplicado la penicilina benzatínica y me disponía a vigilarla una media hora antes de irme. Estaba atendiéndola en su propia casa, que quedaba al costado de la carretera, me esperaba una caminata de dos horas para regresar a mi Centro de Salud, y de subida. Un niño (el nieto) de la señora me miraba con curiosidad. Seguro le llamaba la atención la jeringa, o el uniforme del Centro de Salud (una casaca azul con una franja fluorescente) o quizás mi estetoscopio Littman, y antes de seguir alucinando, le hablé al niño de unos 5 años, ¿quieres verlo? (mostrandole mi estetoscopio), y me dijo no. Me seguía mirando. Le dije, ¿me quieres preguntar algo?, si doctor, y ¿que es?, pues quería preguntarle si está usted enfermo, tengo un poco de gripe, que raro, raro ¿porqué?, porque pensé que los doctores nunca se enfermaban.

La abuelita le dijo que los doctores también son personas como nosotros, también se enferman, pero ellos tienen suerte porque ellos mismos se curan. Entonces yo, que ya no sabía que decir, porque se me había bajado la presión, me fui pensando que un doctor enfermo, es una mala imagen para los pacientes.

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